El
Programa SIP 2025 ofrece un enfoque integral para el desarrollo humano,
abordando aspectos terapéuticos y pedagógicos basados en cinco pilares: el ser,
el conocer, el hacer, el convivir y el trascender.
Se
fundamenta en diversas perspectivas tales como la visión antropológica a través
del Eneagrama, contexto sistémico y relacional desde la Psicopedagogía y las Constelaciones
Familiares, y una atención especial desde la tanatología.
Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, decía que "la felicidad es el éxito en servir a la vida".
El programa SIP
promueve esta visión a través del desarrollo de talentos y dones personales. En
otras palabras, es sencillamente pronunciar ese SI a la vida.
¿QUÉ IMPLICA ESTA VISIÓN?
Una profunda aceptación de la vida tal como es, incluyendo sus luces y sombras, sus alegrías y dificultades, y la reconciliación con el origen familiar. Es un acto de reconocimiento de que la vida, tal como se nos ha dado, es completa y no necesita ser diferente. El concepto de "sí a la vida" en el contexto de Hellinger se puede entender como:
El desarrollo personal es un viaje continuo de crecimiento y transformación. Aquí tienes algunas orientaciones sobre el proyecto SIP que pueden ayudarte a fortalecer tu bienestar y alcanzar tus objetivos:
1. Los cinco pilares del desarrollo humano: El programa SIP se fundamenta en la autoobservación y el bienestar a través de cinco pilares: el ser, el conocer, el hacer, el convivir y el trascender. Cada uno de estos aspectos ayuda a construir una vida más consciente y equilibrada.2. La pedagogía sistémica: La palabra "pedagogía" proviene del griego paidagogós, que significa "conducir al niño". En este enfoque, sanar las heridas de la infancia es clave para el crecimiento y la transformación personal.
3. El enfoque tanatológico: La tanatología, el estudio de la muerte y el duelo, es parte del programa SIP. Ayuda a las personas a transitar pérdidas de diferentes tipos, promoviendo la sanación emocional y el aprendizaje sobre la vida y la muerte.
4. Las Constelaciones Familiares y el Eneagrama: La combinación de estos dos enfoques permite explorar los patrones de comportamiento, sanar heridas del pasado y promover el crecimiento personal.
1. El Ser: Se aplica al reconocer y potenciar los talentos y valores personales. Por ejemplo, practicar la gratitud y el autoconocimiento ayuda a fortalecer la identidad y la confianza.
2. El Conocer: Se traduce en la búsqueda constante de aprendizaje. Leer, tomar cursos o reflexionar sobre experiencias permite transformar la información en sabiduría.
3. El Hacer: Se manifiesta en la acción. Aplicar habilidades en el trabajo, en proyectos personales o en actividades creativas ayuda a materializar el potencial individual.
4. El Convivir: Se refleja en las relaciones interpersonales. Practicar la empatía, el respeto y la comunicación efectiva fortalece los vínculos con los demás.
5. El Trascender: Se vive al conectar con un propósito mayor. Reflexionar sobre la misión de vida, practicar la espiritualidad o contribuir al bienestar de la comunidad permite alcanzar una sensación de plenitud.
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