jueves, 2 de octubre de 2025

AL QUE LLAMA SE LE ABRE

LA APERTURA: EL ARTE Y LA CIENCIA DE PEDIR AYUDA


El umbral de la terapia representa uno de los desafíos humanos más profundos: el momento en que se elige llamar a la puerta de la ayuda. La frase "Al que llama se le abre" no es solo un dicho; es la promesa de que la acción de pedir revela un camino, una verdad que se sostiene tanto en la intuición creativa como en la evidencia psicológica.

EL ARTE DE LLAMAR
Pedir ayuda es un arte porque requiere coraje, autenticidad y vulnerabilidad. Es el arte de trascender el estigma social —el miedo a ser juzgado o percibido como débil— para priorizar la salud mental. Requiere la habilidad de nombrar el dolor (la "llamada" misma) y el valor de exponer la propia fragilidad, entendiendo que esta apertura no es una rendición, sino un acto fundamental de autoaceptación. Es la obra personal de aceptar la propia humanidad imperfecta.

LA CIENCIA DE LA APERTURA
Al mismo tiempo, la respuesta a esa llamada es una ciencia. La terapia es un proceso estructurado, basado en la evidencia, diseñado para crear una "apertura" real y tangible. Cuando la persona decide "llamar" (iniciar la terapia), se pone en marcha el mecanismo científico de la relación terapéutica:
Neurociencia: Se activan procesos cerebrales que permiten la regulación emocional y la reestructuración cognitiva.
Psicología: Se aplican modelos teóricos y técnicas comprobadas para identificar patrones disfuncionales, desarrollar habilidades de afrontamiento y fomentar el crecimiento personal.

En última instancia, "Al que llama se le abre" es una invitación a la acción. Reconoce que el primer paso —la llamada— es el motor indispensable. Sin esa decisión inicial, la "puerta" de la recuperación, el bienestar y el cambio permanecerá cerrada, sin importar cuán vastos sean los recursos del otro lado. Es la perfecta síntesis de que la intención (el arte) es lo que activa la intervención (la ciencia).

SIP, Servicios Integrales Parentales y pedagógicos ofrece el acompañamiento sistémico cuyo propósito esencial es la revinculación al amor. Destacar la importancia de los seres humanos como seres de contacto y amor
La visión de SIP (Servicios Integrales Parentales y Pedagógicos), con su enfoque en la revinculación al amor a través del acompañamiento sistémico, subraya una verdad fundamental e ineludible de la existencia humana: somos seres de contacto y amor.

La Esencia Humana: Contacto, Vínculo y Revinculación al Amor
La propuesta de SIP no es solo terapéutica, sino profundamente existencial. Destaca la importancia del contacto y el amor como pilares de la salud mental, el bienestar y el desarrollo humano, especialmente en el contexto de la familia y los vínculos primarios.
El Contacto: Necesidad Biológica y Psicológica
La ciencia y la psicología del desarrollo han demostrado consistentemente que la necesidad de contacto y apego seguro no es un lujo, sino una necesidad vital, comparable a respirar o alimentarse.
Fundamento Biológico: El contacto físico (abrazos, caricias) libera oxitocina, conocida como la "hormona del amor y el vínculo", y reduce el cortisol, la hormona del estrés. Este intercambio químico directo aporta calma, seguridad y fomenta el vínculo. La ausencia de este contacto, especialmente en la infancia, puede llevar a un aumento del estrés crónico y dificultades en el desarrollo emocional.
Fundamento Sistémico: Como seres humanos, nacemos inmersos en un sistema (la familia), donde la forma en que interactuamos y nos tocamos —física y emocionalmente— moldea nuestra capacidad para relacionarnos con el mundo. Las dinámicas de dar y recibir amor, apoyo y contacto definen nuestra salud sistémica.
El Amor: El Motor de la Revinculación
En el marco sistémico de SIP, el amor se entiende no solo como un sentimiento, sino como un orden, una fuerza que organiza las relaciones de manera saludable.
El Orden del Amor: La disfunción o el sufrimiento en un sistema familiar (pareja, padres e hijos) a menudo surge de desórdenes en el amor: patrones de comunicación rotos, lealtades invisibles, exclusiones o desequilibrios en el dar y tomar.
Propósito Esencial: La "Revinculación al amor" busca restablecer ese orden natural y saludable. No se trata de forzar sentimientos, sino de sanar las heridas y restaurar los canales para que el amor —el vínculo de conexión innato— pueda fluir libremente de nuevo, permitiendo a los miembros del sistema verse, honrarse y reconocerse mutuamente desde un lugar de respeto y afecto.
En resumen, el acompañamiento sistémico de SIP se apoya en la idea de que la terapia no es un proceso para arreglar un defecto, sino un camino para recordar y restaurar nuestra naturaleza esencial: la de seres nacidos para contactar y amar.
La afirmación "al que llama se le abre" es una poderosa metáfora que resume la esencia de la búsqueda de ayuda, un acto que es a la vez un arte y una ciencia.
Al servicio: Margarita Guerrero
maguesa@gmail.com


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