lunes, 26 de marzo de 2018

Constelaciones sistémicas en contextos pedagógicos


La nueva mirada educativa integra en un todo los sistemas familiares, sociales, escolares, culturales e históricos de un pueblo…Todas estas interrelaciones y lo que sucede en cada uno de dichos sistemas interviene en los procesos de aprendizaje y de enseñanza. Los alumnos, los individuos, no estamos  aislados, vivimos dentro de diferentes sistemas, el más importante es el familiar. Cuando una de estas partes obtiene una información nueva o se ve alterada, afecta al resto de las partes.

La aplicación de las constelaciones familiares en el ámbito educativo se denomina Pedagogía Sistémica. Para quien no sepa de qué se trata, las constelaciones familiares son  un método terapéutico que mira los problemas o conflictos desde una perspectiva sistémica y transgeneracional, que se pregunta sobre los hechos sucedidos y entorno a la creación de los vínculos. Es la gran aportación de Bert Hellinger a la psicoterapia actual.


Todos formamos parte de sistemas, necesitamos  y queremos pertenecer a un  sistema, nos da un  marco. Los sistemas tienen sus propias reglas y están vivos, se desarrollan, se mueven. En el sistema familiar las reglas no se pueden cambiar, por ejemplo, los padres son los padres y eso es así, somos 50% papá y 50% mamá ya que la vida viene de un hombre y de una mujer, esto es así también y no se puede cambiar.
La pedagogía sistémica se basa en las relaciones y vínculos que se generan entre la escuela y la familia. El alumno es el nexo de unión entre ambos. Los alumnos no están aislados, forman parte de un sistema familiar al que son leales por encima de todo, por encima de la escuela. Somos leales a nuestra familia. Al ser estos vínculos más fuertes que los que se dan en el medio educativo, puede frenar o impulsar el aprendizaje. Estamos más conectados a nuestros padres que con la escuela. Los padres son, por tanto, protagonistas en la educación, dado el vínculo que tiene el niño con ellos.
En esta perspectiva, se vuelve muy importante la relación entre la  escuela y la familia. La pedagogía sistémica  atiende a la interacción de la escuela con la familia, atiende al lugar que cada uno dentro de los sistemas ha de ocupar para favorecer el aprendizaje. También la escuela en sí es un sistema dentro del que hay subsistemas (las clases) con sus reglas, jerarquía…etc. Y funcionan como otros sistemas vivos. Dentro del sistema que es la escuela están presentes los sistemas familiares de los alumnos.


Para que un maestro sea exitoso en la escolarización ha de apreciar a las familias de los alumnos, todas, incluidas las que son problemáticas. Esto es todo un reto. Delante del profesor no solo están los alumnos, están los alumnos y sus familias. El profesor no se hizo juez, sino profesor, de modo que su papel no es juzgar a las familias. Sería estupendo, mirar a los alumnos  por lo que son, por cómo son y no tanto para que sean de una manera determinada. Ese es el gran trabajo desde las constelaciones: educar a través de los órdenes del amor. Esta perspectiva también ayuda a los padres a ver el aprendizaje de sus hijos como parte de la familia.
Una de las grandes precursoras de la pedagogía sistémica es Marianne Franke. Fue maestra de primaria y secundaria durante 30 años en Múnich y se fue adentrando en el mundo de la psicoterapia hasta que conoció a Bert Hellinger y su trabajo de constelaciones familiares. Ella llevó esté método a las aulas, a las escuelas. Integró sus conocimientos como maestra junto con los de psicoterapeuta y lo puso al servicio de la educación. En la actualidad trabaja con familias, grupos de profesores e imparte cursos para enseñar este método.
Reconocimiento a Raquel Esteban, psicoterapeuta de Qí Salud y Desarrollo


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